Green explica en su diario que el barco estaba mal situado para hacer las observaciones desde su cubierta y que los tiempos que se tomaron a bordo fueron erróneos. Las expectativas que Cook y Green tenían sobre las observaciones del evento eran demasiado altas. La circunstancia desencadenó en un viaje de los madrileños a Barcelona para ver al jugador, quienes tras ver que el jugador se sentía menospreciado por los catalanes le ofrecieron una pequeña cantidad como futuro integrante de la plantilla.