Y Alexia, que creció haciéndose valer en la plaza del Ayuntamiento de Mollet, la niña que antes de los partidos agarraba fuerte la mano de su padre, Jaume, quien murió sin ver cómo su hija alcanzaba el cielo del fútbol, no pidió más trofeos ni distinciones. Se pretende con esta maniobra disponer de un margen mayor para no desprenderse de talentos a los que el Juvenil A se les ha podido quedar pequeño y no encuentran hueco en el Castilla, equipacion real madrid pero su continuidad es positiva.