El 22 de enero de 1911, el Athletic Club de Madrid jugó su primer partido como rojiblanco, curiosamente antes que su homólogo de Bilbao. Sin embargo, al llegar allí, encontró que no había suficientes camisetas como para satisfacer el encargo. Entonces Elourdy, directivo del Athletic Club, viajó a Londres a comprar camisetas para ambas sucursales del Blackburn Rovers Football Club, de quien habitualmente se abastecían. En su deseo de no regresar con las manos vacías, en lugar de esas compró las del Southampton Football Club a su regreso a Bilbao convirtiéndose así el rojo y blanco en los nuevos colores de ambos conjuntos.