Entre las obras que nos han llegado del Antiguo Egipto, el desnudo, parcial o completo, es perceptible tanto en pintura como en escultura, sea monumental o en pequeñas estatuillas, como la Oferante del Louvre o la Muchacha tocando el arpa del British Museum; tenemos estatuas como las de Rahotep y Nefrit, la de Micerino con su esposa o la Dama Tui del Louvre que, aunque vestida de lino, la transparencia de la tela nos muestra su desnudez; en pintura, los murales de la tumba de Nath, contable de Tuthmosis IV, real madrid equipacion o la Tumba de los Médicos en Saqqarah.