Este hecho convierte a Harry Lowe, con 48 años de edad en aquel momento, en el jugador más veterano que jamás ha jugado en un partido de la Primera División española. Su primera temporada en Segunda División se salda con un rotundo fracaso. La dirección de la nueva plantilla correspondió a dos antiguos jugadores, Argentino Peña y el histórico Martín Marculeta, que colgó las botas durante la guerra como jugador-entrenador del Donostia FC.