Junto a él, Pedrito y el malogrado Víctor (fallecería en 1943 a causa de una hemoptisis), también recién fichado, forman un tándem de gran solidez defensiva que dará sobradas muestras de su competencia durante toda la campaña. Tras la decepción liguera, el Atlético se fijó como objetivo la Copa, una competición que nunca se le había dado bien. La delantera iba a pasar del Granada FC al Valencia pero un salto en el fútbol argentino determinó que Ojeda volviera a vestir la camiseta azul y oro nuevamente luego de dos temporadas por el fútbol español y comenzando la segunda etapa con «Las Gladiadoras».